sexta-feira, janeiro 20, 2006

El amanecer

El amanecer tiñó con cálida luz su rostro, no era un día como el resto de los días, en su mirada, un brillo inusitado denotaba que algo había sucedido, algo diferente que había hecho que en su monótona vida diaria, apareciera un susurro que teñia de color aquellas innumerables horas de agobiante soledad; no fue fácil entender lo que le sucedía, o realmente lo entendía pero no lo comprendía, y cada día, aunque fuera por unas pocas horas, aquella mirada se volvía a iluminar...