terça-feira, julho 15, 2008

DOS REALIDADES

María tenía 7 años, estudiaba en un colegio privado, su habitación estaba rebosante de juguetes; sus padres, Mario y Ana, la adoraban, tenía todo lo que una chica de su edad deseaba, sus mayores preocupaciones eran hacer los deberes que le mandaban en el colegio y – ¿A qué jugaré mañana en el recreo?

María tenía un grupo de amigas con las que disfrutaba largas tardes jugando a las muñecas, a la videoconsola, viendo películas y cuando hacía buen tiempo, bañándose en la piscina que tenía en su chalet.

No eran conscientes de lo afortunadas que habían sido por el mero hecho de disponer de agua corriente: cuando tenía sed, siempre había una botella o un vaso de agua para calmarla, cuando por la mañana, después de despertarse, con solo abrir el grifo tenía todo el agua que querían para lavarse la cara y los dientes, y que divertido era tirar de la cadena y ver caer el agua y desaparecer formando remolinos.

Sus padres tampoco valoraban este hecho, el césped del jardín de casa, en verano se regaba dos veces al día, y vaya invento la lavadora y el lavavajillas, metes la ropa o los platos sucios, echas detergente y aprietas un botón y al rato todo limpio, les encantaban los baños calentitos, con mucha espuma.

Pero a la misma hora en que María tomaba un baño, su padre ponía la lavadora y su madre se disponía a regar los tiestos; en una pequeña aldea, solo a unos 3.000 km al sur de donde vivían, Mahobab un niño también de 7 años cogía un recipiente de madera y se disponía a ir en busca de agua, como todas las mañanas de su vida desde que cumplió 4 años.

La pequeña aldea en la que vivía Mahobab se encontraba en plena sabana africana. Su padre, como la mayoría de los vecinos, tenía un rebaño de cabras y gran parte del día se dedicaba a llevarlas de un sitio a otro en busca de lugares donde a pesar de la sequía crecía alguna planta de la que pudieran comer. Su madre, enferma, se pasaba la mayor parte del día acostada.

En su poblado había una pequeña escuela, pero a falta de profesor la utilizaban los vecinos para reunirse. Los ratos libres que tenía los niños de la aldea los empleaban en jugar con un balón hecho de trapos viejos y con coches y camiones que ellos mismos habían fabricado con restos de alguna lata vacía de aceite.

Cada mañana Mahobab recorría 7 km hasta llegar al pozo donde siempre había ido a coger agua, llenaba su vieja vasija y regresaba a la aldea, a veces iba con otros niños y mujeres de la aldea pero la mayoría de las veces iba él solo.

En los últimos años la época de lluvias había sido muy corta y las lluvias no habían sido abundantes, aquella mañana como todos los días se dirigía hacia el pozo, ya conocía de memoria el camino, la primera parte estaba flanqueada por espinosas acacias, que bajo aquel sol abrasador ofrecían una débil aunque reconfortante sombra, después los árboles desaparecían dando paso una vegetación herbácea seca cada vez más rala.

Aquel pozo había tenido agua siempre, era el pozo que abastecía de agua desde hacía mucho tiempo al poblado de Mahobab, pero aquel pozo rodeado de espinosos arbustos, aquella mañana le iba a dar una ingrata sorpresa.

La noche anterior Mahobab no había dormido bien y cuando los primeros rayos de sol aparecían por el horizonte se levantó, cogió su vasija y se dirigió a buscar agua como todos los días. Aquella mañana, un poco después del amanecer ya hacía un calor abrasador. Sus pies descalzos y agrietados como la tierra que pisaba seguían aquella vereda que aquel día parecía interminable, Mahobab solo pensaba en llegar al pozo dar un buen trago de agua y refrescarse un poco antes de llenar su vasija.

Pero aquella mañana no era como las demás mañanas, al acercarse al pozo, y para su sorpresa, no había agua, estaba seco, días anteriores vio que el agua estaba más baja de lo normal, pero ni él ni sus vecinos sospecharon que se llegara a secar, solo quedaba un poco de fango en el fondo que los rayos del sol ya comenzaban a resquebrajar. Aquella imagen lo desbordó, nunca se había planteado que el agua de aquel pozo, el agua que daba vida a toda la aldea no estaba, después le vino a la mente su madre, que le estaría esperando para llevarse un sorbo de agua a su desdentada boca.

No podía llegar a su casa con las manos vacías, la vida de su madre y la suya propia dependían en gran medida de que encontrara agua, se acurrucó a la sombra de los arbustos y recordó que una vez había oído a los ancianos decir que hacia donde sale el sol estaba el gran río; estaba en la dirección correcta, no debía retroceder, estaba seguro de que podría llegar y llegar al poblado con su preciado tesoro. Pero Mahobab no era consciente del largo camino que debería recorrer, ni que bajo aquel sol sofocante, su vida corría, además de los leones y guepardos que acechaban a camuflados entre la hierba esperando que pasara alguna presa que llevarse a la boca. Solo pensaba en encontrar agua, beber y llevar su vasija llena de agua a su casa, aquella choza echa de barro y cubierta de ramas que protegía a él y a su familia del ardiente sol, de la lluvia y de las fieras.

Sediento, pero con las fuerzas por aquellos pensamientos continuó su camino, durante dos horas siguió por aquella tierra caliente y desnuda. Sus pies cansados estaban ardiendo y comenzaban a sangrar, su boca ya no producía mas saliva, notaba como todo se hacía más borroso, pero continuaba, de pronto se encontró caminando sobre agostados pastos, levantó la mirada y en el horizonte pudo contemplar frondosos árboles que le indicaban que el agua estaba cerca, consiguió sacar las pocas fuerzas que le quedaban y continuó su camino.

Sus piernas temblaban, su oscura piel se resquebrajaba, se decía así mismo que ya estaba cerca, pero cayó, sus piernas no podían más, -ya estoy muy cerca, ya oigo el sonido de la corriente-, se levantó continuó unos pasos pero se volvió a caer, ya la podía ver, una generosa corriente de agua con la que llenar su vasija y calmar su sed, siguió arrastrándose hasta llegar al río, consiguió meter la mano en el agua y llevar un pequeño sorbo de agua a su boca, pero su vista se nubló totalmente y murió, con el tan ansiada agua en sus labios, era demasiado tarde, su cuerpo, deshidratado, ya no pudo más y su corazón dejó de latir.

En ese mismo instante, María y sus amigas esperaban ansiosas a que su madre les diese una toalla para darse un chapuzón en la piscina.

FIN

“ Todos los personajes y hechos de esta historia son imaginarios, cualquier parecido con la realidad es casualidad.....pero todos nosotros nos podríamos parecer a María, sus amigas y sus padres y Mahobab a cualquiera de los más de 3.000 niños que mueren al día por falta de agua potable”.

quinta-feira, março 29, 2007

A tí

Húmeda yesca,

Antiguos quehaceres mojaron tu esencia,

Recuerdos de felicidad empañados por tu ausencia

Intentos de que la chispa enrojeciera tu amable textura

Intentos fracasados de cariño y placer

Esperando encontrar un calor, un viento,

Que tu cuerpo preparase

Para que una chispa


Tu esencia vuelva a encender.



A ti que llenas con tus colores de esperanza la inmensidad de mi visión

A ti que con tu canto despiertas la pasión

A ti que con tu insuperable persistencia asombras a necios y expertos

A ti que con tus galopar por las estaciones llenas de sentimientos las almas

A ti que todo lo das y a veces todo lo quitas

Ante ti me quito el sombrero, y respiro el delicado perfume de tu esencia

A ti Madre Naturaleza.

sexta-feira, março 02, 2007

PERDONA MAMÁ

Ayer cumplí 19 años, vaya fiesta, lo pasamos en grande, estábamos casi todos, estuvimos allí todo el día, comimos, bebimos, reímos, charlamos, vaya fiesta.

Al atardecer volvimos, pero seguimos de bares, bebiendo, riendo diciendo bobadas, que bien lo pasamos; como era fin de semana y como de costumbre nos fuimos al pueblo de al lado de fiesta; “Yo estoy mas sereno, yo llevo el coche”, dijo uno de mis amigos, llegamos y la fiesta del día continuo, seguimos bebiendo, bailando, que chicas más hermosas, vamos a ligar, así pasamos la noche, ya era tarde y mis amigos querían regresar, “Esperar un poco más”, les dije, pero bueno ya era tarde y volvimos juntos, pero yo no quería.

Llegamos, yo no veía muy bien, la cabeza me daba vueltas, pero quería volver y continuar la noche, salimos del coche, yo no entendía porque mis amigos me sujetaban, al final logré zafarme y meterme en mi coche, me querían sacar, pero yo no lo entendía, vaya muermos, me encerré dentro, intentaban abrir y sacarme del coche, así que arranqué y como pude me puse en marcha, “Uy”, vaya dificultad al coger la primera curva, salí a la carretera, notaba las primeras curvas mas cerradas que nunca, pero conseguí pasarlas, que bien ya llegué a la recta, que chicas mas guapas mamá, pisé el acelerador, que sueño, que cansancio, normal, todo el día de fiesta, bebiendo, pero este camino lo he recorrido muchas veces, no se que pasó pero todo comenzó a dar vueltas, mamá, sentí que perdía las fuerzas, me quedaba dormido, no sentí nada.
Perdona Mamá.

A la memoria de Claudito, se te echa de menos.

sábado, janeiro 13, 2007

COMPORTAMIENTO ANIMAL


Hace tiempo que no escribía nada en este blog, la idea me andaba rondando desde hace semanas pero no encontraba el momento, ni mi vida rural me permite tener internet siempre que me entran las ganas; y vuelvo para publicar un artículo que ha llegado a mis manos sobre un experimento con chimpancés, (evito entrar en la aceptabilidad o no de la experimentación con animales, por el momento), y sobre el "siempre se ha hecho así", como una explicación que para muchos basta como razón o disculpa para muchas de las acciones que el ser humano realiza, y cuyas consecuencias no son siempre todo lo deseables que se desea.
Espero sea de su agrado.


¿Cómo nace un paradigma?

Un grupo de científicos colocó cinco monos en una jaula, en cuyo centro pusieron una escalera y, sobre ella, un montón de plátanos.
Cuando un mono subía la escalera para coger los plátanos, los científicos lanzaban un chorro de agua fría sobre los que quedaban en el suelo.
Después de algún tiempo, cuando un mono iba a subir la escalera, los otros lo golpeaban.
Pasado algún tiempo más, ningún mono subía la escalera, a pesar de la tentación de los plátanos.
Entonces, los científicos sustituyeron uno de los monos.
La primera cosa que hizo fue subir la escalera, siendo rápidamente bajado por los otros, quienes le dieron una tremenda paliza.
Después de algunas palizas, el nuevo integrante del grupo no volvió a subir más la escalera, aunque nunca supo el porqué de tales palizas.
Un segundo mono fue sustituido y ocurrió lo mismo.
El primer sustituto participó con entusiasmo de la paliza al novato. Un tercero fue cambiado y se repitió el hecho, lo volvieron a golpear. El cuarto y, finalmente, el quinto de los veteranos fue sustituido.
Los científicos quedaron, entonces, con un grupo de cinco monos que, aún cuando nunca recibieron un baño de agua fría, continuaban golpeando a aquel que intentase llegar a los plátanos.
Si fuese posible preguntar a alguno de ellos por qué le pegaban a quien intentaba subir la escalera, con certeza la respuesta sería: “No sé, aquí las cosas siempre se han hecho así”.

¿Te suena de algo?

Yo me pregunto ¿por qué seguimos “golpeando” y, por qué estamos haciendo las cosas de una manera, si tal vez las podemos hacer de otra?

Moraleja:

Sólo hay dos cosas infinitas en el mundo: El universo y la estupidez humana.

Albert Einstein


sexta-feira, maio 26, 2006

Un poquito de cordura.

Hacia meses que no aparecía por aquí, y bueno creo que es el momento de reaparecer después de días de primavera, algunos nublados otros con un sol deslumbrante; y hoy es para comentar un poquito las declaraciones del ex-ministro Aceves, la verdad que me da vergüenza que un tipo asi haya sido ministro del gobierno del país donde nací y donde resido, pero bueno la "democracia" es así. Me refiero a las últimas declaraciones sobre el aumento de la violencia y su relación directa con la inmigración, lo primero que pasa por mi cabeza que es joder que cojones hace un elemento que piense y diga eso en un debate del estado de la nación, intentando representar a una parte de los españoles, (ya se que muchisima gente, desde una perspectiva vaga y sin tener los elementos precisos para decir eso con criterio, es lo que piensa), pero bueno creo que esas palabras dichas por un ex-ministro el cual durante su fase de mandato había los mismos "problemas" con la inmigración y no se propusieron nada más que medidas policiales y represoras para intentar solucionar dicho "problema", no son muy afortunadas.

Creo que no es necesario recordar, pero lo haré, por si algún nostálgico de los tiempos del generalísimo y de la fe a base de golpe de crucifijo lee esta reflexión, que durante la dictadura del susodicho generalísimo y sus colegas más de 2.000.000 de habitantes de este país tuvieron que emigrar a otros países si querían que ellos y sus familias tuvieran algo que echarse a la boca y un techo donde dormir, acaso ningún miembro de su familia tuvo que emigrar.
Que nos está pasando?, olvidamos enseguida?, parece mentira que en un país donde hace 30 años en muchos sitios todavía no había llegado el agua corriente, y ahora se esté aburguesando a pasos agingantados se olvide lo que fuimos y de donde venimos.

Acaso creeis que la inmensa mayoría de inmigrantes hubieran sido inmigrantes si en sus países de origen tuvieran unas condiciones de vida dignas?.
Arriesgarían su vida si no vieran morir de hambre o enfermedad a sus hijos?